AL HILO DE LA CRISIS:
CINCO DE OCTUBRE, DIA MUNDIAL DE LOS Y LAS DOCENTES
CINCO DE OCTUBRE, DIA MUNDIAL DE LOS Y LAS DOCENTES
Esta fecha que hemos marcado en nuestro calendario, como un día de reconocimiento a la labor que más de cincuenta y cinco millones de docentes realizan en el mundo, se ha visto enturbiada por la amenaza de una crisis financiera que pone en peligro uno de los pilares básicos de los derechos humanos y del desarrollo de los pueblos. Los Objetivos del Milenio, aprobados en Dakar en el año 2002, marcan como una de las metas prioritarias lograr la enseñanza primaria universal. Los gobiernos conscientes de que la falta de formación básica impide la cualificación profesional de la ciudadanía, minando la estructura económica y social e imposibilitando la salida de la pobreza, determinaron que uno de los objetivos prioritarios debía de ser resuelto antes del año 2015. La crisis económica que estamos viviendo a nivel mundial, intenta desenfocar nuestras mirada de lo que es absolutamente prioritario, el acceso de toda la población a una educación de calidad, imprescindible y necesaria para el desarrollo de los pueblos y su democracia.
Una vez más, en este día tan especial para todos los docentes y las docentes, tenemos que recordar a la sociedad, que es imprescindible reclamar en todos los espacios, la inversión en un modelo educativo que garantice el acceso universal, así, como una formación integral en todas las etapas de la vida, que forme a ciudadanos y ciudadanas capacitados para afrontar los desafíos laborales en un mundo cada vez más globalizado. Una formación que nos enseñe, como especificaba el Informe Delors, a ser, pensar y actuar en pro de la sostenibilidad del planeta, la solidaridad con todos los pueblos, el reconocimiento de la diversidad y la igualdad entre mujeres y hombres.
Los retos que tenemos por delante no son distintos a los que existían antes de la crisis económica, sin embargo el camino para alcanzar los objetivos se ve dificultado por las consecuencias de una situación económica que la ciudadanía no ha provocado. Por eso, hoy más que nunca, debemos afianzarnos en el planteamiento que defendemos, tanto desde FETE como desde la Internacional de la Educación. Recordando, una vez más, que solo con medidas sociales adecuadas, como la inversión en educación para que los docentes y las docentes tengan condiciones de trabajo idóneas tanto para la vida activa como para la etapa de la jubilación, formación y preparación, programas para la atención a la diversidad, la creación de nuevos empleos, necesarios para una escuela que debe responder a desafíos cada vez más complejos, o la defensa de una educación pública de calidad, podremos caminar hacia la salida de la crisis.
En este día, cinco de octubre, cada uno de nosotros y de nosotras, debemos tomar un tiempo para reflexionar sobre la importancia de la labor docente, recordando que en todos los rincones del mundo, un compañero o compañera, se esfuerza por realizar su trabajo, desde la convicción de que la educación es la mejor oportunidad que puede tener un niño o una niña, no solo para tener una vida plena, sino, en millones de casos para salir de la pobreza, el hambre o la enfermedad. Los programas de alfabetización en Nicaragua, la revolución del lápiz en Liberia, el programa de Mi Escuela y El Mundo, el programa “todas las manos a la cosecha, todo lo aprendido a la escuela” en Venezuela, son algunos de los programas que reflejan como la actuación en educación, puede generar transformaciones en el entorno local imprescindibles para la construcción de un mundo más justo y solidario.
Pensar globalmente para actuar localmente es la consigna que aplicamos cada día en nuestras actuaciones como docentes. Educamos aquí, pensando en el conjunto global. En nuestras aulas, cada vez más multiculturales, se refleja la realidad de un mundo interconectado, que nos recuerda que no estamos solos, que no estamos solas. Por eso, este cinco de octubre, una vez más, es necesario reafirmarnos en nuestras convicciones, reivindicar los derechos de los docentes y las docentes de todo el mundo, trabajar por una educación en valores y para la ciudadanía democrática. Cooperar con otros países para que lleguemos al compromiso de una educación de calidad para todos y para todas.
Este cinco de octubre, marcado por la crisis, nuestras ideas y derechos no pueden retroceder en ningún lugar del mundo.
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